jueves, 29 de diciembre de 2011

Del Servicio Doméstico y esas yerbas. Parte Dos. China...


Hace año y medio vino China desde República Dominicana y con ella el mundo caribeño, entró a nuestro hogar. Frases in-entendibles, palabras nuevas y un desorden de órdago. Esto no ha variado a decir verdad, aunque estamos mucho mejor. De a poco nos vamos acomodando. Todos nosotros a China, por supuesto.

Alta Gracia es su nombre real. Y como su nombre lo indica, es muy graciosa.
Como vivió algunos años en Italia, adoptó términos de allí, y por ejemplo un día me dijo: Sra. María, no anda el lavatriche” ehhhh, el que? Hablaba del lavarropas. Otra linda palabrita como schiaffo, está a la orden del día, que en nuestro lunfardo autóctono, sería mal olor o “baranda”.
Nada mas raro cuando me comentó un día, que al café, le había puesto un “chin de chuqui” un queeee? Rápidamente buscamos en el diccionario chino, y pudimos descubrir, que en argentino corriente, quería decir, un poquito de chuker.
De todo y de todos se aprende, y ahora un chin, para mi, no es el del brindis.

Morocha, de vestimenta colorida si las hay. Hace honor en general, a los colores opuestos. Colorado y verde son sus preferidos. Juntos, of course.
A pesar que ni bien llegó le regalé unas cómodas zapatillas, ella insiste en sus chancletas de hello kitti. Aclaro que tiene 55 años. Digo no, estamos creciditas ya y además, las chanclas, cero agarre. No se si me entienden. He optado por sacar un seguro especial, por las dudas.

Supongo que serán los aires caribeños, pero duerme la siesta como pocas. Y a las 10 pm esta ya metidita en su cama. Eso no sería nada, y no vendría a cuento, si no roncara como lo hace. Aunque cerremos las puertas que dan a la cocina y las de su cuarto, desde arriba sentimos su ruidoso descanso. La primera vez me asusté pensando que había entrado alguien a la casa. Ahora mismo, no puedo concentrarme ya que estoy escribiendo mientras ella, ronca feliz en los brazos de Morfeo y de varios mas, a juzgar por el volumen…

Ya de movida, se compró el corazón del niño de la casa; el que además es muy observador. En un abrir y cerrar de ojos, tenía sacada la mejor imitación de China, con tonada, palabras, expresiones y todo. Hasta estoy tentada de decir que casi, le sale mejor que a ella!
De pronto suelta un “HAY MI MADRE! ESTE MUCHACHITO! No me hagas reguero!” (reguero, refiere a cuando el chico deja ropa o cosas tiradas). “HAY SANTA MADRE DE LA ALTA GRACIA!!”
La otra cosa que supo ponerme loca al principio, y que luego de varias terapias alternativas puedo decir que he superado, es que cuando le hago una observación, un llamado de atención o algo por el estilo, ella me mira, y con los ojos bien abiertos, me dice “CLAAAARO, CLAAAARO”, básicamente, como los locos!

Lo bueno, es que es muy raro verla enojada. (Como se la va a ver enojada, si es lo mas vago que vi en mucho tiempo!) Pero tengo que confesarles, que yo tampoco puedo enojarme con ella, porque me hace gracia. “Alta gracia”. 

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuento de primavera: Nada es lo que parece.

El vendaval desaforado, se llevaba todo, hasta la sonrisa de la gente.  La ciudad suspiraba sin cesar entre chirridos de árboles viejos y el ruido de las hojas secas, revoloteando como mariposas tristes. A lo lejos, solo se divisaba una nube de polvo gris. Estaba muy raro el clima para ser una avanzada primavera. El día se había transformado en noche sin estrellas. Y de esa mezcla no podía salir nada normal. 

De una casa fantasmal, salió corriendo un hombre, como si lo llevaran los diablos. Pasó tan raudamente a mi lado, que sentí como una brisa helada rozarme la piel y apenas pude verle la cara.  Pero lo que no pude dejar de ver, era su impermeable. De rabioso color amarillo y con un lazo en la cintura. En un abrir y cerrar de ojos, desapareció calle abajo, como si por arte de magia se lo hubiese tragado la nada misma.
Me quedé parada frente a la casa.  De pronto al mirarla en detalle, vi que no era tan fantasmal como me pareció en un principio y me acerque hasta una ventana un tanto sucia. La curiosidad me pudo y me puse a espiar por los vidrios nebulosos. No podía creer lo que veían mis ojos! 

Cualquiera hubiera pensado que detrás de una ventana, debería verse un cuarto, una sala, pero no.  Mi vista se inundó con lo que parecía ser un jardín inmenso. Tan inmenso,  que no se podía ver donde estaba su horizonte. Verde, lleno de plantas, flores  de mil colores. Era una imagen perfecta, casi irreal. Allí el sol brillaba abrazando con su calor y sus dorados rayos a cada ser vivo. 
Mariposas extrañas y enormes, casi que se confundían con pájaros. No pude más y decidí que debía entrar.  
La puerta de madera de pinotea color caramelo, con sus vetas marcadas por el tiempo, era como una invitación. Estaba abierta, sin llave. Entré sigilosamente. Con una mezcla de temor y ansiedad. Era tan real, como lo era la tormenta de tierra que rugía afuera. 

Empecé a caminar por un sendero de fino pedregullo, que se internaba en una vegetación cada vez más densa y brillante. Se escuchaban cantos de pájaros que jamás había oído, antes de ese día. Su música me envolvió como un abrigo de notas indefinidas. Y me sentí liviana,  como si no tuviera los pies sobre la tierra.  En el fondo de mi corazón sentí temor. Tal vez porque desde algún lugar remoto de mi mente, me vino la idea de que alguna vez, había estado ahí.
Se me aflojaron las piernas en el mismo instante en que sentí pasos a mi espalda. Se dirigían cada vez más ligero hacia mí. Roto el encanto del comienzo, empecé a correr por el sendero, sin saber a ciencia cierta a donde me podía llevar. 

En medio del camino había cruzado un enorme tronco de un profundo color azul. Si, azul. Lo salté a la carrera, pensando en caer en tierra firme del otro lado, pero salté y fui a dar directo a un gran hoyo luminoso. Una sensación de vacío, me produjo la caída libre por el haz de luz. En realidad fueron solo segundos, pero a mí, me pareció una eternidad.  Mientras caía, pasaban frente a mis ojos,  como en una retrospectiva, un millón de imágenes de mi vida. 

De repente, todo frenó como en seco. Abrí los ojos. Estaba dentro de mi auto, o lo quedaba de él.  Me sentía aturdida, pero no estaba lastimada. A mi alrededor, sentía el ulular de las sirenas. Un hombre, que supuse era un bombero, vestido con un impermeable de rabioso color amarillo, me sacó de entre los hierros retorcidos. 

lunes, 12 de diciembre de 2011

De cosas obsoletas vivía el hombre.


 Nada mas obsoleto que un teléfono de línea en tu casa. Es un aparato en general, viejo. Para que vamos a gastar en cambiarlo? Si nadie lo usa! Cuando suena, poco o nada, nadie le presta atención, nadie corre a atenderlo. Es mas, a veces hay que sacarlo de detrás de una pila de cosas.
Y cuando suena, es generalmente una telemarketer con acento provinciano, para venderte un seguro, o un respresentante de tu compañía telefónica, para ofrecerte algún servicio de internet, que seguramente ya posees y de esa misma compañía. No voy a nombrar marcas para no herir suceptibilidades.
O en épocas electorales, que es cuando suele sonar a menudo, y a cualquier hora, con una linda grabación musicalizada,  en la que te habla el mismísimo intendente del partido donde vives, contándote de los eventos, los arreglos de baches y toda obra u obrita, realizada o por realizar, a fin de que el sufragio, finalmente sea positivo, para el.

Otra cosa demodé, son los diccionarios. En casi todas sus formas. De bolsillo o enciclopédicos; y casi que dentro de este rubro, podríamos poner también a las guías telefónicas. Mayormente su única función es juntar polvo en alguna biblioteca o rincón, también lleno de polvo. Jamás tuve el gusto de ver a alguno de mis hijos en edad escolar buscando en ellos. Es mas: estoy casi convencida, que no buscan el significado de las palabras que no entienden, en ninguna parte. Es mas, creo que nunca, pero nunca, vieron una guía telefónica.

Si hablamos de cosas obsoletas, nada mas pertinente que un mapa. Defitivamente perdido y para guardar en el museo. Me hace gracia cuando todavía, las petroleras te ofrecen como regalo, oferta y promoción, los mapas ruteros! Ja. Soy la primera agradecida al inventor del GPS. Con gallega parlante o sin ella, es el mejor invento de los últimos tiempos. Yo era de las que tenía que dar vuelta el mapa, y ponerlo en el sentido que iba la calle!

Hay un par de electrodomésticos que también hacen fila en la lista de vejestudes: el minicomponente, la multiprocesadora, y por defecto o default, (suena mas moderno) los Cds. Esto es asi. Y la lista sigue. Los clasificados del diario. El liquid paper. Las cartas manuscritas. Y el pobre cartero? Las agendas. Los albumes de fotos en papel!

Definitivamente estoy con lo nuevo. Lo único que espero es que no se den cuenta, que en cualquier momento, los obsoletos vamos a ser nosotros! Shhhhhhh!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Lluvia, realidad y ficción.

La lluvia moja todo, sin prisa ni pausa. Destartalados autos se escurren estacionados en la calle de adoquines. Arboles brotando, descompuestos por tanta agua cayendo. Pájaros ausentes de nidos totalmente inundados. Luego de un rato de cavilar en la puerta, a sabiendas que no tengo paraguas, decidí adentrarme en la tarde lluviosa y emprender la marcha aun a riesgo de empaparme.
No importa. El saludo de la cartonera que está todos los días a un par de casas me alegra. Las mesas y sombrillas del bar de la cuadra estan guardadas en alguna parte, esperando volver un día de estos, cuando salga el sol. Asi de triste se ve el barrio. Decidí no correr, por ningún concepto. Qué mejor que aprovechar la caminata para estar literalmente conmigo misma. Mientras capeo el temporal no hago otra cosa que pensar.
Hace muchos meses que no escribo una palabra. Que mi pluma virtual quedó seca en el teclado silencioso. Que la pantalla no me muestra una frase. Que mi blog está enmudecido de historias, de recuerdos y de visitantes. Y es que la realidad superó la ficción. Y cuando uno esta metido en ella, vive. No puede contar vivencias.
Y la realidad se puso careta de enferma, y fue mi padre a quien eligió para su carnaval. Han sido tiempos duros, de llantos fáciles y rezos profusos. Han sido momentos tan tristes como este día gris. Días en que el alma se hace jirones y días en los que no sabemos hacia donde correr. Pero debo decir que la fe, la acción, el convencimiento de la sanación, hizo que en mi corazón hubiera cabida para la esperanza. Una muy grande. Esta mañana estuve con papa. Pase de sorpresa a desayunar con el. Ayer le dieron su cuarta sesión de quimio. Estaba tan contento, se sentía tan bien,  se lo veía feliz! Su sonrisa y su ánimo florecieron en mi al instante. Me dije, es hora. Hora de retomar la ficción, los cuentos, los relatos. Y como prólogo, esta es mi primera entrada de la nueva era. 

miércoles, 15 de junio de 2011

Reflexiones.

De uno en uno fueron sumándose los años. Y casi sin que me diera cuenta, llegué hasta aquí y ahora. En este tiempo, en este siglo.
Miro para atrás por el rabillo del ojo, no vaya a ser que me agarre la nostalgia con su cliché y su frase hecha: “Todo tiempo pasado fue mejor”. De ninguna manera. En una rápida barrida puedo ver una sucesión de infinitos momentos. Y descubro con alegría, que la moneda ha caído por el lado de la felicidad. La vieja balanza de la vida, se ha inclinado a favor del amor, de la mansedumbre del alma y la sabiduría del aprendizaje diario. El corazón dispuesto, los ojos bien abiertos. Y todo se ha conjugado en un combo intachable.
Puedo decir que he vivido. Mucho. Muy, muy intenso. Que mis casi cincuenta, parecen cien, de tanta intensidad. Y no me quejo. Solo agradezco. Un pedazo de cielo en cada mano, son Clari y Fran. Una carcajada y un beso, Fabián. Y en el continente más cálido donde la familia estuvo y estará reunida, mis amores de siempre. Algunos conmigo. Otros ya idos. Pero siempre junto a mi corazón. Siempre ungido con ese bálsamo de magia y de cariño.
Pude recorrer tierras lejanas, solo para volver a mi país querido. Porque volver siempre ha sido la última meta de cualquier viaje. He conocido y querido a tantas personas en mi largo camino. Tal vez algunos nunca siquiera lo han sabido. Pero así soy y he sido. De amores silenciosos, de amistades perdidas y encontradas, de tiempos a destiempo, de soñadoras miradas.
Fui bendecida con algunos dones, que me permitieron aprender a retener los momentos. Una fotografía, una canción, un retrato, una poesía. No importa en realidad si a alguien le importa, lo que importa y rescato, es que lo hice.
Y reflexionaba entonces, sobre las cosas realizadas, sobre las decisiones tomadas. Esas que ya no se pueden cambiar. Están y fueron. Seguramente me equivoqué miles de veces. Y seguramente me seguiré equivocando, mientras camino. Pero lo que si sé, es que la búsqueda no termina. Y espero seguir viviendo intensamente por otros cien años más.

jueves, 5 de mayo de 2011

La casa de la barranca. Mas que solo un cuento.

Me desperté temprano para un domingo. Era un día soñado. De esos diáfanos, frescos y soleados de otoño. Decidí salir a caminar. Me calce las zapatillas y me puse los auriculares. Que mejor que acompañar la caminata con una música celestial, clásico, el género que elegí para mi gira.
Hago este circuito varias veces por semana. Ritmo y tiempo. Ecuación perfecta.
Cuando terminé el primer tramo, llegue casi hasta la casona vieja, ubicada en una cortada, en lo más alto de la zona.  Construida en el medio de un enorme jardín y rodeada de árboles añosos, mirando a la barranca. Cuando estaba casi en el portón de entrada, vi que estaba abierto de par en par. Raro. Muy raro. Los perros de la casa, que siempre ladran cuando alguien se acerca, no emitieron sonido. No los vi tampoco por ahí.
Cuando mire hacia la casa todo estaba tan diferente! me pudo la curiosidad y me asomé. Como un chico que toca ring raje… apague mi ipod… pero sorprendentemente, la misma melodía que sonaba en el,  salía por las ventanas abiertas de la casa.
De pronto una mujer, vestida como hace un siglo atrás, apareció como de la nada, haciendo girar su sombrilla y me sonrió. No podía emitir sonido. No entendía nada. Su vestido con volantas y algo de encaje, tenía un brillo suave y encantador. Su peinado sencillo, un sombrerito de paja en la punta de la cabeza completaban el atuendo.
Con una voz tan suave como su piel, me invito a pasar. Caminaba como etérea, como si sus pies no estuvieran tocando el suelo. La seguí casi en shock.
La casa estaba como nueva, los sillones de mimbre de la galería relucían blancos y sus almohadones de género liberty estaban impecables. Ahí mismo, a la sombra de unas enredaderas y sobre el piso de dameros, había una mesita con una bandeja de plata. Humeando, una tetera, unas tazas y una canasta de pan recién horneado.  Me hizo señas que me acercase y me invitó a sentarme.
Parpadee un instante y me vi a mi misma vestida de época, con el pelo recogido en una trenza y un sombrero. Mis ojos no daban crédito, pero realmente estaba pasando.
Me ofreció un té chino, que acepté sin titubear. Con una media sonrisa en la boca y un guiño en los ojos brillantes me habló.
La escuché como en un sueño. “Soy tu bisabuela”, me dijo. “Hace tiempo que te espero”, continuó.  Mi corazón  dio un vuelco y la sorpresa  se apoderó de mí. “Querida mía, has estado por mucho tiempo sumergida en pensamientos y añoranzas de las cosas y las personas que formaban parte de tu pasado, aferrándote a recuerdos de tiempos idos. En toda esa gran parte de tu vida, has ido dejando pasar cada presente sin pensar,  has detenido el camino del reloj.” Sus palabras entraron a borbotones en mi alma. “Los recuerdos son un tesoro María, pero deben ser solo eso. Recuerdos.  Y debes vivir cada minuto del presente, como si fuera el último.” Había tanta verdad en sus palabras, tanta enseñanza, que sonreí a mi vez, me sentía tan bien, como si un peso hubiese caído de mi espalda, me sentía liviana y plena.
De repente en un nuevo parpadear, me encontré sentada en el jardín de la casona. Con mi ropa de correr y mis zapatillas. Como si hubiera estado durmiendo, solo me rodeaban los perros que me miraban moviendo sus colas al unísono. 
La casona se veía medio derruida, como siempre. Tampoco había nadie por ahí. Mucho menos sillones de mimbre o un servicio de té.
Me pregunté si había sido un sueño. A mí me pareció tan real que todavía podía sentir el sabor del té en mi boca. 

domingo, 3 de abril de 2011

Quien dijo que los virus no se curan?

Apareció disfrazado de warning… (Si, advertencia, si!!!) Con formato y logo de google, el muy trucho, me avisaba pues, que mi computadora estaba siendo atacada, por no sé cuantos hackers, que iban a robar mis archivos y un montón de cosas terribles más! Un ataque terrorista a lo Bin Laden!
Y  me ofrecía como única solución, el descargar un antivirus (el system defender, joder!), que tenía un lindo logo de Windows… Y antes de que mi cerebro pudiese pensar un segundo y mandar cualquier orden en contrario, mis dedos teclearon descargar y save.  Ese fue el fin. El fin de una noche que pintaba iba a ser, entre pacífica y entretenida. Y vaya que lo fue, entretenida. Cada medio segundo me aparecían unos pop ups de advertencia sobre miles de virus, malwares y no sé que otras enfermedades más… o pagaba, o pagaba. Si le daba OK, me pedía una keyword, para la que por supuesto tenías que pagar!!!! Ahí mismo, enceguecida, enloquecida y decididamente negada, a darme por vencida y mucho menos  a pagar, me puse a googlear y a buscar foros de todo tipo, idioma y color…y descubrí que lo que había instalado, era EL VIRUS MISMO!!!! Y que sacarlo parecía muy muy difícil…!
Atacada de los nervios… segui una recomendación de un foro y descargue otro antivirus, seguí el tutorial de alguien, nada. Cada medio segundo los pop ups, avisando de hackers, y virus y toda la mala yerba cibernética…
Navegué por unas, dos horitas!, hasta que di con la respuesta más simple de todas: restaurar el sistema. RESTAURAR EL SISTEMA!  Con fecha del día anterior por ejemplo. En un minuto, la maquina volvió a la configuración del día anterior y todo, pero todo lo acontecido, DESAPARECIO. Los fantasmas, los virus, los malwares,  y todo lo descargado, salvado y hecho, desaparecieron, como por arte de magia.  Viste cuando los de sistemas de tu empresa te dicen… la típica frase… “reinicia la máquina? Bueno, esto es mas o menos reiniciarla, pero como estaba el día anterior…!
Y esto es definitivamente,  un gracias!!!  Gracias a todos los que postean ayuda para este mundillo computarizado,  para que legas como yo, puedan hallar una solución sin llamar al técnico…!!!

miércoles, 30 de marzo de 2011

Redes. No me bloqueen, soy su madre!

Hace unos años ya, me suscribí a varias redes sociales. Soy curiosa, quería ver cómo funcionaban. Además por mi trabajo tenía que saber de qué se trataban. En fin. Creo que abrí cuenta en casi toda red habida y por haber. Finalmente me quedé con Twitter, pero no me alcanzan los 140 caracteres para escribir lo que está pasando...! Me quedé también con Facebook, y ya no se qué más pensar! Pero lo más curioso: tengo hijos… y no sé qué piensan, no sé qué les pasa y todo el día me pregunto tantas cosas!
Como ya he contado antes,  mis propios hijos,  sangre de mi sangre,  me consideran un FASO.  No voy a explicar nuevamente, el significado actual de FASO,  pero lo que más  me preocupa es que en casa lo escucho cada vez más a menudo.  Supongo que algo estaré haciendo mal, para merecer semejante “apelativo”. Pero que voy a hacer? Alguien, tiene que poner los puntos sobre las “íes”.
Evidentemente me consideran un ogro. Y como para muestra solo hace falta un botón, en casa,  suelo usar a diario, frases como estas: Ordenen los cuartos! Cuelguen las toallas después de bañarse! Se lavaron los dientes? Como vas a salir así vestida!  ESO, es un vestido?! Y no va con nada abajo?! Te pintaste como una puerta! A donde te tengo que llevar?! Y los otros padres?! Hicieron los deberes? Estudiaste? Un mapa?! A esta hora te acordás? Como que te olvidaste el libro para la prueba de mañana???? !!!! …  tal vez esto explique por qué, en un abrir y cerrar de notebooks,  he sido bloqueada de sus cuentas de twitter y facebook.  Lo primero que pasó en verdad,  fue que me negaron la opción de “publicar en el muro”, luego zas! Descubro que no puedo seguirlos más!!! Yo que ni siquiera “osaba” dejar un comentario! Y que me había portado como una reina. No comments, no I like this, no nothing… Así es como me pagan: he sido excluida de las redes por mi propia prole.
Evidentemente las madres no podemos, ni debemos… seguir a nuestros  hijos en las redes sociales: pero, es justo, que TODO EL RESTO DEL MUNDO, se entere literalmente y al instante de lo que hacen, piensan y dicen y yo no?! #snif #snif #snif

sábado, 26 de marzo de 2011

Mi segundo marido, antes mi primer marido. De príncipe azul, ni hablar.

Suena ridículo. Ya sé. Pero así es la vida. Una serie de hechos concatenados que luchan por aparecer en nuestra mente a cada momento, para que reflexionemos y nos preguntemos de tanto en tanto, que hice yo para merecer esto?
Cuando uno es chico, sueña con algún príncipe azul. O verde, o de cualquier color. Pero príncipe al fin. Y se lo imagina de diversos modos. Pero nunca, como realmente va a ser.
Ya en los veinte y pico, después de probar suerte con personajes varios y ninguno siquiera con un dejo de aquella imagen formada tanto tiempo atrás, aparece alguien. A quien ni siquiera se te ocurre ver como un “candidato”. Nada más lejos. Y en un abrir y cerrar de mailes (mentira enorme, no había en ese momento)… te encontrás saliendo con ese “muchacho” que como diría mi viejo, “te arrastra el ala”…
Lo que empezó como una tranquila amistad laboral, se  termina transformando  en un apasionado “affaire” de oficina. Y todos los compañeros de trabajo, tratando de “hacernos gancho”, inclusive mi jefa.
Por suerte a poco de empezar a salir, se fue a trabajar a otra parte. Gracias Dios!
No está en mi ánimo contar ningún detalle. El punto no era este.  Nos casamos.
Nadie conoce realmente a alguien hasta que vive con esa persona. Esta es la cruda realidad.
Me voy a saltear algunos unos pasos y algunos años, ya que nuestro primer departamento era alquilado y hasta ahí, nuestras disputas estaban basadas en la estadística de visitas familiares. Que cada uno saque su propia conclusión. Tu madre, la mía, mi suegra, la tuya. Etcétera. En fin.
Pero cuando por fin nos mudamos a nuestra primera “casa propia”. Oh Señor! En ese momento, lo conocí realmente.
De movida no me cruzó el umbral a “upa”. Pero eso es un detalle nada más.
Lo que conocí a diario era su faceta “obse”, que digo “obse”, “carne de diván”, el era la mejor muestra de un TOC con patas. (TOC: trastorno obsesivo compulsivo).
En ese momento empezaron los problemas. Solo citare alguna que otra cosa, porque este tema da para escribir un blog completo por varios años.
Teníamos un jardín muy chiquito. Y frases como “regaste mal”, empezaron a hacer historia. En qué mundo alguien puede afirmar si un jardín está mal o bien regado? De haber sabido hubiese tomado un curso para aprender…!
También estaba el tema de la decoración. Tratar de colgar un cuadro, era un drama! “Se arruina la pared”. “Estas llenando mucho el living de cosas!”, “No me digas que viene con los chicos, van a arruinar todo”!!!
Creo que había un solo cuadro por todo concepto.  Y nunca conocí a nadie tan amante del poximix. Marca, golpecito, raya, hueco, etc. Todo era rellenado sistemáticamente por él. Un día miré el pasillo que iba a los cuartos y la pared parecía “a lunares”.
Demás está decir, que cada cosa tenía que estar en “su” lugar. Y no fuera que alguien, o sea yo, la cambiase a otro lado! aunque ese otro lado fuera más lógico para ponerla. Es como el orden del desorden. Las zapatillas siempre en el baño. Porque no en el lavadero? En el baño se ventilan mejor, no?  No se gasten, no hay explicación para las cosas.  Solo son porque si.
Pero no todo es negativo cuando vivís con alguien así. Quien sino él,  guardaría TODAS las garantías de cuanto artefacto, electrodoméstico y que se yo cuantas cosas más pudiésemos comprar? Y si, prolijamente en carpetas, con carátula y todo?
Otro tema candente, fue el auto nuevo. Todo iba más o menos bien, hasta que decidimos ir de vacaciones,  a la playa. Oh! La arena, que cosa  tan detestable es la arena para un TOC hecho y derecho.
Subir al auto para irnos, era cosa de más o menos media hora o más. Había que sacudirse hasta el último grano. Sacudir sillas, toallas, zapatillas, ojotas y canastos. Si no, no podías subir. Literal.
Unos cuantos años más tarde nos separamos. No fue por esto, es obvio. Los porqués, no son parte de este relato. Pero si quiero contarles que,  luego de un año y medio de estar cada uno por su lado, nos empezamos a extrañar.  Y volvimos. Y “noviamos” un tiempo, que fue bastante corto por cierto. Y luego decidimos casarnos. Por segunda vez… POR SEGUNDA VEZ!
Cada vez que me quejo de mi marido,  mi hija mayor me mira, me hace gesto de que cierre la boca y hace un dos con la mano. Sobran palabras. Hoy, puedo decir orgullosa sin embargo, que tropecé dos veces, con la misma PIEDRA.

lunes, 14 de marzo de 2011

Carta para Clarita.

Querida Hija:

Hace un rato que estoy aquí frente a la hoja en blanco, tratando de imaginar qué puedo escribirte hoy, que te sorprenda cuando abras esta carta, y no hago mas que hacer bollos y bollos de papel. (Mentira, estoy escribiendo en la compu y luego la voy a pasar a mano,,, che!!! Estamos en 2009!)

Estas casi al final del colegio, esa etapa genial, en la que a veces te da mucha fiaca estudiar, y en la que tus padres te parecemos un tanto plomos, represores, y “fasos”!; pero también es una etapa donde se hacen muchos amigos, los amigos que quedan para siempre y otros que son solo amigos de este momento,  pero con quienes compartís fiestas, diversiones y alegrías.

Vas a estar en un retiro unos días. Tenes 16 años y toda la vida por delante. Para mí, para papá, sos todavía un poco nuestra bebe, aunque crecida, estas enorme.
Nunca esta demás decirte cuanto te amo. Con tu sonrisa enorme, tus ojos brillantes y hasta con tus locuras y tu toc y todo! Y amo cuando me haces tu análisis psicológico, “mamá, vos, sos bipolar”!

Sos hoy una adolescente con todas las letras.
No tengo claro que camino vas a tomar, que querés estudiar, que te divierte mas. Pero creo que Dios, que siempre nos sostiene y al cual debes entregarte por entero, va a guiarte; recorda entonces sus palabras, YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

Mi querida Clari, no te voy a negar que además, sos todo un personaje y que me encantaría ser mosca para ver que haces por ahí con tus amigos, que me muero por estar de incógnito y que seguramente me encontraría con una chica divertida y graciosa.

No tengas duda amor, que lo que mas quiero en esta vida, es que seas feliz. Que te sientas plena. Que puedas hacer de tus intereses, tu modo de vivir. Que tengas amor y comprensión a tu alrededor. Que te quieras a vos misma, así podrás querer a los demás. Ese es el secreto. Que te valores, porque eres una gran persona. Que pienses que con fe, todo es posible. Y si no es posible, vale la pena intentarlo. Siempre.

Que en alguna parte o en todas, está Dios, Jesús, Espíritu Santo, que te acompañará en cada paso que des. Que equivocarse no es delito, que de equivocarse uno aprende y crece. Y si uno no se equivoca nunca, seguramente es porque no ha intentado hacer nada.

Clarita. Mi querida hija. Mi corazón, mi alma, sos todo. Espero que esta vida te tenga en la palma de su mano y que sepas que esté donde esté, siempre voy a estar a tu lado. Porque aunque hayas crecido tanto, siempre habrá, como hay en casi todo el mundo, una niña inocente en algún rincón del corazón.
Te ama por siempre. Mamá

jueves, 3 de marzo de 2011

El esquí, antes y después de los cuarenta. O como bajar de la montaña sin morir con los esquíes puestos.

No sé en qué momento de mi adolescencia tardía, digo tardía, porque cuando fui realmente adolescente mis padres no tenían un cobre, menos que menos para llevarme a esquiar, (aunque en realidad, mas tarde tampoco lo tuvieron), se me ocurrió y por lo tanto, fue una decisión puramente mía y de mi escaso bolsillo de primeros años de laburante, el elegir vacacionar en la montaña.

Como iba diciendo, un buen día pensé, mientras andaba de colectivo en colectivo por la city, haciendo equilibrio y pude comprobar qué buenas rodillas tenía para evitar caídas en frenazos y baches, que era poseedora de las “skills” necesarias, para el esquí.

En definitiva y para redondear, la única opción plausible, analizando todas las ofertas turísticas que había, para lograr el costo-beneficio, era contratar un paquete all inclusive. 
Y cuando digo all, es all. Eves turismo, que Dios los tenga en la gloria. Por poca plata y mucha paciencia, conseguías, pasaje, estadía, comidas, equipos, clases colectivas, pases, todo. Viaje en bondi. 26 horas de ida, 26 horas de vuelta. Nada de clase ejecutiva, o de coche cama… nada de eso existía en los 80. Definitivamente era como la “reinvención” del viaje de egresados. Los cuartos se compartían con amigos e incluso si el número de gente así lo requería, con desconocidos, coordinadores, etc. 
El viaje, largo pero divertido. Nadie dormía nada, algunos cantaban y tocaban la guitarra, otros charlaban y jugaban a algo, mientras tanto empezábamos a conocernos…

Ya en “Bariló”…Te buscaban a las 7 de la mañana por un hotel del centro, of course, debías levantarte de mínima a las 6, ya que no podías perder el desayuno. A las 8 llegabas al cerro para buscar los equipos y a las 9 había que estar en la base para encontrar a tu clase colectiva… o si tu “instructor” así lo requería, tal vez debías encontrarte a las 10, en la punta más alta del cerro… Punta Princesa! Y aquello implicaba tomarse, tres largas y eternas aerosillas viejísimas, en Robles, ya que por aquel entonces, el cerro, estaba partido en dos!...

Así fueron los comienzos. A los golpes. Poca nieve, muchas ganas, poco descanso, pocas horas de sueño. La época de los colores fluo! Lindas fotos viejas.

Pero un día, ya que probaste el avión, el hotel en la base, la casa de algún amigo cerca. Nunca más Eves. Nunca más!
Con el tiempo, uno aprende a deslizarse montaña abajo. Ahora, tener “estilo”, es harina de otro costal. Es agua de otro molino. Es IMPOSIBLE para mí!!!!

Que puedo decir de este deporte. Es impagable. Te desconecta completamente. Descubrís que tenés músculos que ni siquiera sabías que tenías, te duelen huesos que jamás te habían dolido. Tu mente se concentra en no caer, no perder el equilibrio, subir al poma, bajar de la silla, sin llevar a nadie por delante, o que no te lleven por delante a vos… tu mente está OCUPADISIMA!

Pero además, esquiar después de los 40, es también, llegar a las 11, sólo si hay sol. Y ya como a las 13,  parar a tomar una cervecita, en alguna terraza con vista a los lagos, con buena música de fondo!

No es divertido esquiar solo, para nada. Pero eso sí: tenés que encontrar un grupo que esquie como vos. Ni tanto, ni tan poco. Léase, si a algún amigo o pariente ex “instructor”, se le ocurre ir a esquiar por “fuera de pista”, “nieve honda y virgen”, o ir a descubrir nuevos caminos, definitivamente pensalo varias veces. PENSALO seriamente…!!! 
Una imagen mía esta última temporada: de cara en la nieve honda, el brazo enterrado hasta el hombro con el bastón todavía agarrado, los esquíes desparramados y un pedido de socorro,  “que alguien me ayude a desenterrarme!…ya que sola no puedo!... Divertido, si para contarlo luego. Levantarse de esa caída, pararte y ponerte los esquíes, mientras te hundís en la nieve blanda, implica, para alguien que superó los 40, un esfuerzo nunca experimentado antes. Lo juro. Creí que no volvía. En fin.  

El mayor placer: cuando me saco las botas al final del día. Cada vez que pienso lo cansada que me acuesto, cuando voy de vacaciones a esquiar, que he llegado a la conclusión, de que estoy loca. Pero cada año que puedo, vuelvo. Hay algo ahí en la montaña, que hace que me olvide del dolor, del cansancio, de todo. Y pienso en el fondo, que es porque me siento casi, como tocando el cielo con las manos…

miércoles, 2 de marzo de 2011

Carta de mamá a Florencia en su cumpleaños

Querida Florencia:
Una carta. Un recuerdo grato. Un abrazo. Y toda la esperanza.
La encontré, quería decirte, dentro de mi corazón. Es esa que tanto has buscado, que tanto esperabas. La carta de mamá en tu cumpleaños.
En ella solo hay cariño. Profundo amor esparcido en cada letra que te ha escrito.  Dice que está orgullosa de vos: Flor, su adorada hija, su sol de noviembre. Y también agrega que siente que el tiempo ha demostrado lo que vales. Lo que has sido capaz de lograr con todas tus virtudes: empeño, amor, dedicación en todo lo que haces. Y que siempre ha habido un lugar muy especial para vos en su corazón. Recuerda en sus palabras tiernas que cuando eras chica se preocupaba. Hasta te hizo repetir el primer grado! Y te pide perdón por ello. Y que con el correr de los años te has vuelto una mujer hecha y derecha. Amorosa madre, mejor hija, increíble nieta. Siempre atenta a los demás, a sus necesidades y deseos, siempre abiertas las puertas de tu casa, a la familia, a los amigos, a todo el mundo. Y que siempre ve que en tu corazón hay espacio para amar a todos porque es muy grande. Y que está feliz porque al fin puedes leer su carta aunque ya no esté tan cerca. Dice que te quiere. Mucho. Mucho. Y que desde donde está, te desea un muy feliz cumple!
Hay una post data que dice: Flor, que la esperanza, la paciencia y  la felicidad se queden contigo por siempre. 

Mamá.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Seguridad, Divino Tesoro. Sexta parte???!!!

Pero si en la tercera me dije, espero que sea la última… no lo diré más. Definitivamente. Hace muy poco, si, en este año 2011, tomé como tantas veces, el camino del Buen Aire, que de buen aire no tiene nada por cierto, ya que a sus orillas hay basurales divinos, que hoy son colinas verdes, pero que supieron ser bañados u hondonadas! Y muy a pesar de los esfuerzos, el oloroso paseo aunque como dije, verde y arbolado, se hace sentir, en todo aspecto…
Como iba contando, una tarde de este  verano, a  100km x hora, límite de velocidad de esa noble y bacheada autopista, iba manejando por el carril rápido hacia el oeste, (o mejor debería decir, el "lejano oeste"?) Hete aquí que nomás unos kilómetros de pasar el peaje, donde se hace un enorme abra entre las dos vías, siento un golpe y el estruendo de mi ventanilla trasera… podrán imaginar que la sangre se me helo de pronto en las venas.
Alguien con muy buena puntería, me pegó un piedrazo (honda mediante) e hizo añicos el vidrio. Por instinto, no se cual ya, seguí maneando como si nada hubiese pasado. No paré, no soñaba parar. La idea de los “cacos” es esa… romperte un vidrio y cuando paras para ver que pasó, QUE CORNOS PASO?!, es ahí donde aprovechan para asaltarte. Cuando llegué a destino recién pude mirar y evaluar daños: descubrir en efecto, que el “proyectil”, era una gran piedra,  todavía  dentro del auto y empezar a respirar al mejor estilo pre parto… lo que siguió es totalmente habitual: Llamar al seguro, cambiar el vidrio, polarizarlo y regrabar la ventanilla, para poder irme de vacaciones al día siguiente, una tontería.
Después de las vacaciones, tomé coraje para ir de nuevo al oeste por el Buen Aire.  De ida, estuve bien, no vi a nadie en el abra. Pero a la vuelta, vi a tres tipos al borde del lugar y se me volvió a helar la sangre. Vuelvo a repetir...el susto, es acumulativo, créeme. Tal vez, en unos miles de años, se me pase…
Moraleja: No manejes por autopistas, no manejes, bah, mejor, no salgas más a la calle!!!!

martes, 22 de febrero de 2011

Seguridad, Divino Tesoro. Quinta parte!!!!!

Este, fue un episodio de paranoia post asaltos, que muestra a las claras lo que afirme en mis relatos anteriores.
Había ido a tomar un café con una amiga. Eran como las nueve de la noche, un día de semana, cerca del barrio de la horqueta. La calle Uruguay en reparaciones. Dos opciones: hacer un camino larguísimo yendo para atrás y tomar la autopista, o aventurarme y tomar  un supuesto camino alternativo y no tan peligroso. Para retomar la calle Uruguay más adelante. Obviamente, me decidí por el camino corto. Empiezo a andar y me doy cuenta que me había equivocado de ruta... El terror se apoderó de mi,  cuando veo que se acercaban caminando por el medio de la calle, en la oscuridad, cuatro hombres. Se me cruzó instantáneamente la idea de que me iban a asaltar… En que estaba pensando? Hice un giro raro con mi auto, como para escaparme, as usual. Con tan mala suerte, que en la esquina en cuestión y fruto de los arreglos, había dos acequias de cemento. Doblé exactamente encima. Con  tan mala suerte les repito,  que me quedó una rueda en cada acequia, clavadas. Era imposible salir de ahí sin una grúa y los hombres cada vez más cerca. Mi mente aterrorizada, pensaba a mil. Entonces no se me ocurrió mejor idea y me baje del auto. Empecé a gritarle a los mismísimos hombres que eran mis supuestos atacantes: Ayúdenme! Ayúdenme!
Finalmente vinieron en mi ayuda. Los cuatro. Más cinco vecinos más, que salieron de unas casas por ahí. Entre los nueve, levantaron mi auto y me sacaron de ahí. Nadie quería asaltarme, eso estaba claro. La sumatoria de episodios hizo que me volviera  paranoica y que vea fantasmas donde no los hay. Aunque sea verdad que hay varios dando vueltas.
Dije que terminaba. No. Le dije que vivo en un barrio cerrado. Infinitamente pequeño. Pero no para un “grupo comando”. Para ellos, ideal. Mapa del barrio. Casas marcadas. No me toco. Nos pasó dos veces en menos de seis meses.
La paranoia de los que viven ahí, es tremenda. A veces siento que estoy en una cárcel. Y ni que hablar la gente que viene de visita. Casi que les hacen un ADN. Les piden de todo, los hacen esperar. Se hace una cola interminable. Ni que hablar si es un día festivo.
Definitivamente una locura colectiva.

Moraleja: No salgas a tomar café con tus amigas y no vivas en barrio cerrado, no son para nada seguros. 

lunes, 21 de febrero de 2011

Seguridad, Divino Tesoro. Cuarta parte!!

Evidentemente mi problema era el conurbano bonaerense. Definitivamente la seguridad con mayúsculas, estaba en la capital. Corría el año 2006 y era un viernes, pero no uno cualquiera, eran tiempos de mundial. Algarabía general, argentina venía goleando, ganando y nosotros los argentinos exitistas a la enésima potencia, no entrabamos en nuestros zapatos… hasta ESE, día. Negro viernes 30 de Junio… Nos quedamos afuera de la copa! La depresión celeste y blanca, generalizada y glacial, se ciño sobre todos…
Algunos de la oficina, decidimos hacer la reunión planificada para las 17 hs ya que no había motivo alguno para festejar nada. Hacia allí me dirigía, en mi querido auto con vidrios sin polarizar. Enfilé por la avenida Córdoba, cartera bien escondida en el piso de atrás, cerraduras cerradas, como siempre… Parece que Palermo a esa hora se pone peligroso. Nadie me aviso! Cuando estaba a unas cuadras de mi destino final, empieza a sonar mi celu. Estaba en la cartera. La tomo mientras manejaba, resultando ser un compañero, para avisarme que la reunión cambiaba de lugar. Como no podía hacer mucho, tiré como pude la cartera en el piso del acompañante  y el celu en el asiento. Faltando unos metros para el destino y andando a 20 kmxhora por el trafico que había, me sorprendió una lluvia de vidrios,  que no solo se esparció sobre mi cabeza, sino por todo el auto, al tiempo que un brazo raudo, se asomo por la ventanilla rota con tal rapidez, que no tuve tiempo de reaccionar!!! El “moto chorro”, ahora término de uso diario, se hizo de mi cartera completa y su contenido a pleno, siendo 30, allí estaba todo… TODO!!! 
Paré  el auto donde pude y ahí mismo me puse a llorar desconsolada. Impotente.  Acto seguido, fui acompañada por un policía que estaba a tan solo media cuadra a la comisaria, que está sobre Scalabrini Ortiz, a tan solo cuatro cuadras. Lo que siguió, una denuncia, cancelar todas las tarjetas y discutir con el policía que quería retener mi auto para “buscar huellas”!!!  Le dije que si me retenía el auto, me suicidaba ahí mismo. Evidentemente fui muy convincente, porque me dejó llevarlo. Que mas puedo agregar?
Moraleja: No veas los partidos del mundial. Es peligroso. Sobre todo si Argentina pierde. 

Seguridad, Divino Tesoro. Tercera parte!

Como es de suponer, luego de unos años, la casa empezaba a quedar chica, la familia se agrandaba, nos debíamos mudar. Como el presupuesto no daba, enfilamos todavía más al norte. Hasta llegar al partido de Tigre. Barrio cerrado? Que va, un nuevo emprendimiento en pañales nos convenció y decidimos poner ahí todos los ahorros.  En 1999 nos mudamos.
Voy a pasar de largo el 2001, porque ese fue definitivamente un año para olvidar. Pero con el año vino el primer intento de asalto a mano armada. Día de semana, tres de la tarde. Calle equivocada. Todavía no se como zafe de esos cuatro personajes que prácticamente se “tiraron” sobre mi auto.
Efectivamente, no imaginaron mal… cuando vi al primer hombre parado,  a media cuadra, en medio de la calle y apuntándome, me dije “tengo que escapar”… pare, puse marcha atrás, pero no lo hice bien. El auto se bandeó y fui a dar contra un poste. Ahí se me vinieron los otros. Todas las ventanas y puertas cerradas, como es mi costumbre. Me gritaban que les diera la plata, yo les gritaba que no tenía, con una cara de loca desencajada supongo, porque milagrosamente, me dejaron ir. No sin antes doblarme la antena de la radio.
Realmente es impensable cómo va a reaccionar uno en estas situaciones. Yo definitivamente, siempre reacciono igual, o sea, mal. Puedo hacer esta afirmación porque mis escaramuzas punguistas no quedaron ahí. Ojalá!
Años mas tarde, trabajaba un tanto lejos de casa. Linda zona se había puesto, Avellaneda. A metros del puente Pueyrredón, Costequi y Santillán incluidos. El panorama era como se lo imaginan. Cortes cada dos por tres. Definitivamente corte y campamento,  los 26 de cada mes. Y ni que hablar el 26 de Junio.
En uno de esos tediosos días en que,  llegar a mi oficina era una odisea griega, fue que me volvió a suceder. Para poder llegar al puente, usualmente tomaba por la 9 de Julio sur, ya que venía desde el norte. Pero cuando había corte, la única forma de llegar era dar TODA LA VUELTA. Es decir tomar la autopista Buenos Aires - La Plata y entrar a Avellaneda desde el otro lado. Venía muy tranquila pasando por el mercado central de Avellaneda, cerradísimo a las 11 de la mañana, poco movimiento. Cuando veo que delante de mí,  un auto frena, pensé que la mujer al volante estaba preguntando algo al único transeúnte en la cuadra. Pero no. Cuando la mujer arrancó vi brillar en el aire un objeto muy dorado. Un revolver! El chico, que no tendría más de doce o trece, se paró y me apuntó. Otra vez mi reacción descontrolada. Me acerqué y sin frenar ni un poco, le hice señas de que se corriera, porque no pensaba parar… no sé si sabía leer los labios, pero me escuché diciendo a través del parabrisas: “correte por que te mato”. Definitivamente se corrió. Esto fue a dos cuadras de mi oficina. La policía toda, toda, apoltronada en el puente, cuidando a nos sé quién de los que protestaban o  a los que protestaban, de no sé quién.  Es el día de hoy y sigo sin entender. Quien corta más, los que protestan o la policía?
Llegue con las rodillas que me temblaban. Les juro que aunque reacciono así, como una valentona, llegué a la conclusión  que el susto, es acumulativo. Y que cada vez, tengo menos tolerancia a estos hechos.

Moraleja: No manejes para ir a trabajar, mejor no trabajes.