domingo, 13 de diciembre de 2020

Cierres


Hoy siento pena. 

Como los viejos tejidos de vida, que se desarman y se rompen.

Como un viejo papel, que a simple vista parece entero,

Pero que cuando lo tocas, se vuelve polvo.


No se si vale la pena luchar estas batallas.

Siempre supimos que el enemigo, dormía en casa.

Y lo que hace es para el, eso es increíble, inaceptable.

Es tan argento, tan egoísta;

Que me puede la idea de solo pensarlo. 

Siento que todos tiran de una manta, que ya de por si era corta.

Con esa desesperación hambrienta, por tomar un pedazo para si.

Y nosotros, los que nos cobijamos ahí, 

desde hace años, sabemos, que de alguno u otro modo, todos pierden.

Lo que dejen de ella, no será suficiente para los que quedan.


Y sobrevuelan buitres carroñeros, para ver si pueden todavía, hacerse de algo mas.

Por eso la pena. 

Por eso la oscuridad de los tiempos.

Porque estamos andando, caminando entre las sobras. 

Buscando como cirujas, con la pequeña esperanza 

De encontrar algo que nos ayude a sobrevivir.


Siento que estos últimos tiempos 

fuimos como cartoneros.

Juntando todo lo que se pueda. y reciclamos, transformamos, inventamos, dejamos la vida

y el alma para seguir adelante.


Pero para el resto, somos los “informales”,

Los que estamos en la calle.

Si tenemos suerte, vamos con el carro lleno.

Otras veces buscamos sin encontrar nada. 

Siempre me gustaron las metáforas para escribir las tristezas.

Y hoy, solo siento eso. 

Me siento ciruja, cartonera y sin techo.

La casa en la que solemos cobijarnos esta quedando vacía.

La quieren llenar de ocupas, que solo miran su ombligo hambriento.

Que solo quieren matar a la gallina, para sacarle todos los huevos de oro.

Sin importar si mañana no hay lo uno ni lo otro. 


13 de diciembre de nuestro señor, año de la pandemia.