miércoles, 27 de octubre de 2010

Un día cualquiera. Cualquiera?

El día caminaba ya en su lecho soleado y tranquilo. La espesa niebla se había retirado sin siquiera un parpadeo. Y los pájaros canturreaban sus canciones de partituras vivas. Sencilla y simple, considerada y tranquila estaba la mañana.
Escogí el silencio para el viaje y deje enmudecida la radio de mi auto. No tenía ganas de enterarme de nada. Mis pensamientos descubrían una sensación extraña en el corazón, un sabor amargo, a pesar del café dulce del desayuno.
No sabía que me pasaba. No podía hacer foco. No había razón aparente para que no fuera un día ordinariamente común.
Y creo que nunca imaginé cuánto, iba a recordar ese momento en el futuro.
Empecé mi recorrido habitual hacia el trabajo. Casi como en una nube, distraída, porque lo hago tantas veces, pero tantas, que creo que mi auto lo hace solo.
No encontré antipáticos semáforos en rojo, ni tampoco el ruidoso tráfico general. Todo estaba diferente y distante.
Dejé que el auto corriera calle abajo, pensando solo por un momento, en si encontraría un lugar para dejarlo estacionado. A veces era imposible. Aunque ese, no era un día cualquiera.
Llegue de pronto a la puerta de la radio. Y ahí, justo enfrente, como esperándome, había un lugar vacío. Milagrosamente lo coloqué justo y en una sola maniobra. Intrascendente, pero cierto.
Baje, luego de un ritual típico que no viene a cuento.  Crucé. El barcito de al lado estaba vacío. Solo el mozo. El aroma a café que salía de la máquina, me tentó. El muchacho silbando me preparó un café con leche en un vaso de plástico para llevar.
Empecé a caminar con el café en una mano, la mochila medio colgando del hombro y mi cartera a punto de caérseme.
Cuando llegue a las escalinatas, había un grupo de chicos y chicas de unos 20 años.
Esperaban encontrar a algún “famoso”. Muchas veces hay grupitos que esperan por horas a los periodistas, a los músicos que se enteraron están tocando en vivo, con el solo motivo de sacarse una foto, buscar un autógrafo o hacer realidad un sueño.
No recordaba exactamente quien podría estar tocando, pero como era viernes, seguramente se trataba de reggae. Subí los escalones con mi desparpajo habitual. A punto de volcar el café, con la torpeza que me caracteriza. Y de pronto, lo vi. Boina tejida, amarilla, verde y roja de la que parecían colgar displicentes,  unas rastas perfectas. Una sonrisa amplia y un cigarro en la mano derecha. Lo rodeaba un aura tan azul, que me escandalizaba. Y sonaba por todo el hall, una música que parecía de otro mundo y que me transportaba mas allá de la imaginación. Mis ojos no daban crédito. No podía ser, era IMPOSIBLE. 
 I– M- P- O- S -I -B -L- E.
Ahí, como si jamás hubiese estado en otra parte, estaba Bob Marley.  A ver, que parte de que estábamos en el 2010, mi mente no entendía? Y que parte de que Bob, por más que mi corazón deseara lo contrario, estaba más muerto que mi bisabuelo?
Me restregué los ojos, pestañee y hasta me pellizqué. Bob, estaba realmente, ahí. Para cuando pude mirar a mí  alrededor, me di cuenta que el hall, no era el mismo. No estaba el escritorio de la recepción, mucho menos  Carlitos. Las escaleras de hierro negro se habían vuelto brillantes, como cromadas. Y la luz del techo era casi cegadora.
No recordaba haber sentido nada parecido jamás.  No recordaba haberme sentido así nunca.
Mientras la música de Marley inundaba el lugar, en mi pecho, mi corazón palpitaba al ritmo de cada nota esencial. Y desde su lugar Bob, me miraba sonriendo como si me conociera de toda la vida.
Y en un castellano más que perfecto me dijo:
"Hay dos caminos: uno es la vida y otro es la muerte, y si vives en la muerte, entonces debes estar muerto. Y si vives en la vida, entonces debes vivir. El camino que tu corazón decide, hace que vivas."  Y luego agregó: "Nadie más que uno puede liberar su mente de la esclavitud."
En ese momento entendí todo.  Y emprendí la vuelta. Y dejé todo para ir de regreso a encontrarme conmigo misma.

6 comentarios:

  1. Creo que a partir de este blog te encontraste con vos misma.

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  2. puede ser... creo que voy en camino a...
    gracias!

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  3. muy lindo mary! seguí por ese camino que me parece q es el que vale! Beso!

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  4. ME ENCANTÓ! el final quedo buenísimo!
    un éxito Mamá!
    besos.

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  5. Muy linda narración Mery!!
    espero poder seguir disfrutando de tus historias.
    SUERTE con la búsqueda!

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  6. Seguís buscándote o ya te encontraste o te reconociste o te aceptaste? Dímelo ya mujer!!

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