martes, 19 de octubre de 2010

A Buenos Aires. 20 años no es nada.

Al mirar en tus noches sencillas,
cada luz, cada tierna mirada,
yo te siento tan cerca en mi pecho,
Buenos Aires, que no digo nada.

Y en silencio sonríen tus plazas,
y los parques que duermen cansados;
mientras niños soñando recuerdan,
sus hamacas, sus juegos dorados.

Y en la orilla tu río te besa,
cual si fuera el amante más fiel;
que a pesar de los años pasados,
te retiene pegada a su piel.

Y la música busca los brazos,
derrochando notas por doquier;
va invadiendo tu calma rosada,
envolviéndote con su vaivén.

Eres vida que surge y no queda,
que se mueve latiendo sin fin.
eres cielo que vuelve plateadas
las estrellas siempre hasta morir.

Por tus calles vagan las pasiones,
concentrando todo su poder,
en tu gente que busca ilusiones
y que lucha para no caer.

En tu tiempo, Buenos Aires mía,
veo inmersa la vida de mi alma;
y en las horas corriendo incesante,
no encontrando jamás, tierna calma.

Es por ser como sos que te quiero.
porque creo en tu ser y deseo;
que en tu gloria final, Buenos Aires,
te vean todos, como yo te veo.

Junio de 1981

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