martes, 17 de noviembre de 2020

Caminar

Fue un tiempo de descubrimientos, de reflexiones. 
De tratar de lograr una introspectiva que la llevara a saber cuál era su camino.
Ese camino ya recorrido muchas veces, pero ahora con una mirada nueva. 
Una perspectiva como la que te da cambiar el lente con un enfoque diferente.
Y una cosa llevo a la otra. Y se convirtió en letras y garabatos. 
Se fundió con el papel. Blanco y sin rayas tenia que ser. 
Y la pluma. Esas que tienen tinta de verdad. Esa que te mancha los dedos. 
Al principio sus palabras parecían garabatos apretados o sueltos, casi ininteligibles.
Como su alma, su corazón y todo su interior. Inteligibles.
Es ese proceso de retrospección, iba tratando de encontrar algo, descubrir y descubrirse. 
Días de silenciosa tristeza pasaron. Fechas importantes y celebraciones vacías. 
Ratos de desasosiego y bajón. 
Pero muy en el fondo, una esperanza.  Esa creencia que podría aparecer de repente.: Desenmarañar ese bodoque de escritura negra. Entrelazada en lagrimas contenidas. En sinsabores que solo se hablaron ahí. En el secreto de unas hojas y una pluma.


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