jueves, 20 de septiembre de 2018

Santi



Hace un tiempo que extrañamos tus pasos y tus carcajadas.

El silencio inundó tu espacio y parece que los días y las horas quedaron como suspendidos; colgando de algún minutero descompuesto.

Y ese vacío se llenó de preguntas; de corazones estrujados y lágrimas contenidas.

Y tal como la luz entra, esquivando cortinas y dibujando formas sobre tu escritorio, así esperamos que entres, cualquiera de estos días. 

Tal vez son las ganas de verte.

La esperanza enorme que no nos deja soltar; esa que se aferra con toda su fuerza y no permite que la tristeza nos juegue una mala pasada. 

Y tal vez porque tampoco queremos soltar.

Por eso hemos dejado tu puerta abierta, sin llaves ni cerrojos. 

Por si te da por llegar, cuando no estemos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario