sábado, 18 de noviembre de 2023

La indignidad de la dependencia, la dignidad de la independencia.


Cómo, dos frases, una negativa y otra positiva, podrían cambiar el futuro de nuestro amado país.

Y todo se remonta a estar buscando mi historia personal. Los datos exactos de mi bisabuelo, que fue exponente de la generación del 80 (1880).Y de los primeros años del siglo XX en argentina.

De esa búsqueda entendí todo lo que esas generaciones trabajaron en pos de hacer crecer la república, con ideas, construyendo, poniendo vías, desarrollando este esplendido país que tenemos.

Los proyectos realizados, los edificios y lugares, que sus impulsos y trabajo arduo, esfuerzo propio, le dieron el empuje a esta tierra, para hacerla en ese tiempo, tan moderna como los países que habían dejado o mejor.

A como fue, que de esos próceres reales, de esa historia que caminamos a diario y que hoy parece más bien una fábula, pasamos a este tiempo, en que nos dicen lo que tenemos que hacer y lo que no.

Donde quedo aquella argentina la que venían a instalarse desde todo el mundo, con esperanza, de trabajar y ser argentino; a esta en la que tantos no quieren trabajar, creyendo que todo les debe ser dado sin esfuerzo alguno.

Y a otros que quieren hacerlo, pero no tienen la chance ni la oportunidad.

De aquellos nos dieron la dignidad de ser independientes. De bastarnos a nosotros mismos.

A estos, los gobernantes de hoy, que nos obligan a la indignidad de la dependencia del estado.

En el que estamos presos de sus veleidades y sus corruptas almas, que solo relatan historias que no son ciertas. Que crean confusión en la gente y desatan esa desesperación masiva, que conlleva a que esa movilidad social,  que era el oro de nuestro país, sea hoy una quimera.

Este país, que ofrece colegios públicos y universidades en donde educarse, que pagamos todos con los impuestos, pero a las cuales todos pueden acceder.

La enorme clase media otrora orgullo nuestro, va desapareciendo en como hilachas en la historia de los últimos años. Tristes de mentiras y de indignidad en todo sentido.

Para algunos descendientes de aquellos que forjaron este país con trabajo, llego la hora en que quizás deban volver a los lugares que dejaron sus ancestros.

Yo me resisto aun. No quiero darme por vencida. Por eso: Argentinos míos; no pierdan su independencia. Rechacen la indignidad que estos gobiernos proponen. Rechacen ser esclavos de este estado corrupto y pidan trabajo digno e independiente.

Clase media trabajadora que sostiene al país: No aceptemos más estas reglas de juego sucias, que van dejándonos en la pobreza del cuerpo y del alma. Que van matando de a poco nuestra cultura, nuestra educación, nuestra esperanza y nuestro amor por esta tierra. No dejen que nos ahoguen con sus impuestos y sus manipulaciones. No bajemos los brazos hasta que hagan algo que de verdad sea por nosotros y no por ellos.

MARIA CHANOURDIE.

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