Antigua. Astillada en sus esquinas.
Todavía tiene huellas de
su otrora belleza.
Pinceles y oleos extrañan su olor a madera.
Pero sin embargo, no está vacía.
Estaba a la espera.
Que un día llegase alguien, a quien a
pesar de su estado, pudiera enamorar.
Y que, con el corazón enorme,
la sacara
del silencio de aquel galpón atestado.
Ese momento llego.
Y de repente volvió a ella su alma,
y se
sintió capaz de dar asilo.
Su anhelo casi cumplido.
Ser una caja de vida,
atesorar objetos, recuerdos, experiencias.
Y así, en este día de abril, está renaciendo,
esperando
colmar a su dueña de esperanza, sueños y proyectos.
¡Feliz cumple amiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario