jueves, 29 de diciembre de 2011

Del Servicio Doméstico y esas yerbas. Parte Dos. China...


Hace año y medio vino China desde República Dominicana y con ella el mundo caribeño, entró a nuestro hogar. Frases in-entendibles, palabras nuevas y un desorden de órdago. Esto no ha variado a decir verdad, aunque estamos mucho mejor. De a poco nos vamos acomodando. Todos nosotros a China, por supuesto.

Alta Gracia es su nombre real. Y como su nombre lo indica, es muy graciosa.
Como vivió algunos años en Italia, adoptó términos de allí, y por ejemplo un día me dijo: Sra. María, no anda el lavatriche” ehhhh, el que? Hablaba del lavarropas. Otra linda palabrita como schiaffo, está a la orden del día, que en nuestro lunfardo autóctono, sería mal olor o “baranda”.
Nada mas raro cuando me comentó un día, que al café, le había puesto un “chin de chuqui” un queeee? Rápidamente buscamos en el diccionario chino, y pudimos descubrir, que en argentino corriente, quería decir, un poquito de chuker.
De todo y de todos se aprende, y ahora un chin, para mi, no es el del brindis.

Morocha, de vestimenta colorida si las hay. Hace honor en general, a los colores opuestos. Colorado y verde son sus preferidos. Juntos, of course.
A pesar que ni bien llegó le regalé unas cómodas zapatillas, ella insiste en sus chancletas de hello kitti. Aclaro que tiene 55 años. Digo no, estamos creciditas ya y además, las chanclas, cero agarre. No se si me entienden. He optado por sacar un seguro especial, por las dudas.

Supongo que serán los aires caribeños, pero duerme la siesta como pocas. Y a las 10 pm esta ya metidita en su cama. Eso no sería nada, y no vendría a cuento, si no roncara como lo hace. Aunque cerremos las puertas que dan a la cocina y las de su cuarto, desde arriba sentimos su ruidoso descanso. La primera vez me asusté pensando que había entrado alguien a la casa. Ahora mismo, no puedo concentrarme ya que estoy escribiendo mientras ella, ronca feliz en los brazos de Morfeo y de varios mas, a juzgar por el volumen…

Ya de movida, se compró el corazón del niño de la casa; el que además es muy observador. En un abrir y cerrar de ojos, tenía sacada la mejor imitación de China, con tonada, palabras, expresiones y todo. Hasta estoy tentada de decir que casi, le sale mejor que a ella!
De pronto suelta un “HAY MI MADRE! ESTE MUCHACHITO! No me hagas reguero!” (reguero, refiere a cuando el chico deja ropa o cosas tiradas). “HAY SANTA MADRE DE LA ALTA GRACIA!!”
La otra cosa que supo ponerme loca al principio, y que luego de varias terapias alternativas puedo decir que he superado, es que cuando le hago una observación, un llamado de atención o algo por el estilo, ella me mira, y con los ojos bien abiertos, me dice “CLAAAARO, CLAAAARO”, básicamente, como los locos!

Lo bueno, es que es muy raro verla enojada. (Como se la va a ver enojada, si es lo mas vago que vi en mucho tiempo!) Pero tengo que confesarles, que yo tampoco puedo enojarme con ella, porque me hace gracia. “Alta gracia”. 

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuento de primavera: Nada es lo que parece.

El vendaval desaforado, se llevaba todo, hasta la sonrisa de la gente.  La ciudad suspiraba sin cesar entre chirridos de árboles viejos y el ruido de las hojas secas, revoloteando como mariposas tristes. A lo lejos, solo se divisaba una nube de polvo gris. Estaba muy raro el clima para ser una avanzada primavera. El día se había transformado en noche sin estrellas. Y de esa mezcla no podía salir nada normal. 

De una casa fantasmal, salió corriendo un hombre, como si lo llevaran los diablos. Pasó tan raudamente a mi lado, que sentí como una brisa helada rozarme la piel y apenas pude verle la cara.  Pero lo que no pude dejar de ver, era su impermeable. De rabioso color amarillo y con un lazo en la cintura. En un abrir y cerrar de ojos, desapareció calle abajo, como si por arte de magia se lo hubiese tragado la nada misma.
Me quedé parada frente a la casa.  De pronto al mirarla en detalle, vi que no era tan fantasmal como me pareció en un principio y me acerque hasta una ventana un tanto sucia. La curiosidad me pudo y me puse a espiar por los vidrios nebulosos. No podía creer lo que veían mis ojos! 

Cualquiera hubiera pensado que detrás de una ventana, debería verse un cuarto, una sala, pero no.  Mi vista se inundó con lo que parecía ser un jardín inmenso. Tan inmenso,  que no se podía ver donde estaba su horizonte. Verde, lleno de plantas, flores  de mil colores. Era una imagen perfecta, casi irreal. Allí el sol brillaba abrazando con su calor y sus dorados rayos a cada ser vivo. 
Mariposas extrañas y enormes, casi que se confundían con pájaros. No pude más y decidí que debía entrar.  
La puerta de madera de pinotea color caramelo, con sus vetas marcadas por el tiempo, era como una invitación. Estaba abierta, sin llave. Entré sigilosamente. Con una mezcla de temor y ansiedad. Era tan real, como lo era la tormenta de tierra que rugía afuera. 

Empecé a caminar por un sendero de fino pedregullo, que se internaba en una vegetación cada vez más densa y brillante. Se escuchaban cantos de pájaros que jamás había oído, antes de ese día. Su música me envolvió como un abrigo de notas indefinidas. Y me sentí liviana,  como si no tuviera los pies sobre la tierra.  En el fondo de mi corazón sentí temor. Tal vez porque desde algún lugar remoto de mi mente, me vino la idea de que alguna vez, había estado ahí.
Se me aflojaron las piernas en el mismo instante en que sentí pasos a mi espalda. Se dirigían cada vez más ligero hacia mí. Roto el encanto del comienzo, empecé a correr por el sendero, sin saber a ciencia cierta a donde me podía llevar. 

En medio del camino había cruzado un enorme tronco de un profundo color azul. Si, azul. Lo salté a la carrera, pensando en caer en tierra firme del otro lado, pero salté y fui a dar directo a un gran hoyo luminoso. Una sensación de vacío, me produjo la caída libre por el haz de luz. En realidad fueron solo segundos, pero a mí, me pareció una eternidad.  Mientras caía, pasaban frente a mis ojos,  como en una retrospectiva, un millón de imágenes de mi vida. 

De repente, todo frenó como en seco. Abrí los ojos. Estaba dentro de mi auto, o lo quedaba de él.  Me sentía aturdida, pero no estaba lastimada. A mi alrededor, sentía el ulular de las sirenas. Un hombre, que supuse era un bombero, vestido con un impermeable de rabioso color amarillo, me sacó de entre los hierros retorcidos. 

lunes, 12 de diciembre de 2011

De cosas obsoletas vivía el hombre.


 Nada mas obsoleto que un teléfono de línea en tu casa. Es un aparato en general, viejo. Para que vamos a gastar en cambiarlo? Si nadie lo usa! Cuando suena, poco o nada, nadie le presta atención, nadie corre a atenderlo. Es mas, a veces hay que sacarlo de detrás de una pila de cosas.
Y cuando suena, es generalmente una telemarketer con acento provinciano, para venderte un seguro, o un respresentante de tu compañía telefónica, para ofrecerte algún servicio de internet, que seguramente ya posees y de esa misma compañía. No voy a nombrar marcas para no herir suceptibilidades.
O en épocas electorales, que es cuando suele sonar a menudo, y a cualquier hora, con una linda grabación musicalizada,  en la que te habla el mismísimo intendente del partido donde vives, contándote de los eventos, los arreglos de baches y toda obra u obrita, realizada o por realizar, a fin de que el sufragio, finalmente sea positivo, para el.

Otra cosa demodé, son los diccionarios. En casi todas sus formas. De bolsillo o enciclopédicos; y casi que dentro de este rubro, podríamos poner también a las guías telefónicas. Mayormente su única función es juntar polvo en alguna biblioteca o rincón, también lleno de polvo. Jamás tuve el gusto de ver a alguno de mis hijos en edad escolar buscando en ellos. Es mas: estoy casi convencida, que no buscan el significado de las palabras que no entienden, en ninguna parte. Es mas, creo que nunca, pero nunca, vieron una guía telefónica.

Si hablamos de cosas obsoletas, nada mas pertinente que un mapa. Defitivamente perdido y para guardar en el museo. Me hace gracia cuando todavía, las petroleras te ofrecen como regalo, oferta y promoción, los mapas ruteros! Ja. Soy la primera agradecida al inventor del GPS. Con gallega parlante o sin ella, es el mejor invento de los últimos tiempos. Yo era de las que tenía que dar vuelta el mapa, y ponerlo en el sentido que iba la calle!

Hay un par de electrodomésticos que también hacen fila en la lista de vejestudes: el minicomponente, la multiprocesadora, y por defecto o default, (suena mas moderno) los Cds. Esto es asi. Y la lista sigue. Los clasificados del diario. El liquid paper. Las cartas manuscritas. Y el pobre cartero? Las agendas. Los albumes de fotos en papel!

Definitivamente estoy con lo nuevo. Lo único que espero es que no se den cuenta, que en cualquier momento, los obsoletos vamos a ser nosotros! Shhhhhhh!